Nuestra Señora de las Mercedes Armonía de la acción con la vida contemplativa

 

 

 

Plinio Corrêa de Oliveira

Nuestra Señora de las Mercedes

Armonía de la acción con la vida

contemplativa

 

“Santo del Dia”, 24 de setiembre de 1965

 

 

 

 

Hoy es la fiesta de Nuestra Señora de las Mercedes.

 

Ntra. Sra. de las Mercedes en la Procesión Eucarística de la Parroquia de San Francisco – Cádiz

 

 

Tenemos aquí un texto de Las órdenes rescatadoras de Don Guéranger.

 

“La diferencia de la Orden de la Santísima Trinidad (Trintarios), que la precedió en 20 años…”

O sea, otra Orden de rescate de cautivos presos por los moros.

 

“…la Orden de la Merced, fundada, por así decir, en pleno campo de batalla contra los moros, tuvo más caballeros que clérigos en su origen”.

Es decir, más guerreros que sacerdotes participaron de la fundación de esa orden.

 

“Fué nombrada Orden Real, Militar y Religiosa de Nuestra Señora de las Mercedes para el rescate de los cautivos. Sus clérigos se dedicaban más especialmente al oficio del coro en los conventos; los caballeros vigilaban las costas y se empeñaban en la misión peligrosa del rescate de los prisioneros cristianos“.

Ustedes están viendo qué bonito equilibrio de cosas: el clérigo es hecho sobre todo para rezar por los caballeros. Naturalmente, había algunos otros servicios espirituales. Pero la principal misión era la de rezar por los guerreros. Entonces rezaban durante el oficio divino. Y los caballeros luchaban, aprovechando así las oraciones y los méritos acumulados por los clérigos para ellos.

Esa es una idea que siempre me fue muy simpática: una verdadera Orden religiosa que tuviese un ramo puramente contemplativo para rezar y expiar por aquellos que se consagran a la acción, y dar así a la acción una fecundidad especial. Siempre fui muy admirador de una idea así.

San Pedro Nolasco, guerrero sepultado con su coraza y espada

 

“San Pedro Nolasco, que fue el primer comendador general, o Gran Maestro de la Orden, en la ocasión del encuentro de sus preciosos restos, fue encontrado en la sepultura armado de coraza y de espada“.

Consideren qué cosa hermosa: el primer general de esa Orden, un guerrero laico, que es enterrado con la coraza y la espada de su batalla, dispuesto así a comparecer al juicio de Dios. Eso es una verdadera maravilla, la idea del guerrero católico. (…)

Por indicación de la Santísima Virgen, surge la Orden de los Mercedarios

 

 

 

 

 

He aquí algunos datos complementarios sobre la Orden de las Mercedes:

“La Iglesia instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Mercedes por causa de la Orden religiosa fundada por consejo de la Santísima Virgen para rescate de los cautivos. Estando los cristianos esclavizados por los moros en España, parece que Dios se compadeció de aquellos infelices, expuestos a perder la fe y la inocencia y sujetos a toda especie de malos tratos”.

Ustedes saben que los cristianos hechos prisioneros por los moros eran reducido a la condición de esclavos, y naturalmente no había ningún socorro religioso. ¿Pueden imaginar en una tierra de inmoralidad, de promiscuidad, la desesperación de un hombre de esos que cometiese un pecado y que no tuviese un sacerdote para confesarse? “¿Tengo o no tengo atrición? Mi atrición no perdona mi pecado; ¿tendré un sacerdote para perdonarme este pecado a la hora de mi muerte? ¿Cómo es eso?…”.

Se puede imaginar toda la aflicción y las caídas que esa situación debería acarrear…

Después, la cosa pavorosa es que los paganos antiguos, abusando del poder que tenían sobre los esclavos, practicaban con ellos toda especie de inmoralidades, de manera que los cristianos quedaban expuestos a las peores cosas. Entonces, la compasión cristiana se concentró en ellos y de ahí, por indicación de Nuestra Señora, la fundación de una Orden religiosa especialmente dedicada a eso.

“Después de San Pedro Nolasco, San Raimundo de Peñaforte y Jaime, rey de Aragón, verificaron que cada uno había tenido la misma visión…”.

¡Qué cosa hermosa! Son siempre las cosas poéticas de Nuestra Señora. Ella que se aparece al rey de Aragón, a un pensador – como era San Raimundo de Peñaforte – y a un guerrero como San Pedro Nolasco, y a los tres les recomendó la misma cosa. Ellos se encuentran: “Mira, tuve… Mira, yo también tuve, etc. Entonces vamos a fundar la Orden, nacida directamente de la sonrisa de Nuestra Señora”. Verdadera maravilla, ¿no?

“Entonces, no dudaron más y resolvieron fundar la Orden a la que dan el nombre de Orden de Nuestra Señora de las Mercedes para rescate de los cautivos”.

San Raimundo de Peñaforte

Vito Carrera (Trapani, 1578?-1622)  – Museo Pepoli – Sicilia

San Raimundo de Peñaforte

Vito Carrera (Trapani, 1578?-1622)  – Museo Pepoli – Sicilia

Tener una devoción muy filial y de mucha confianza en la Santísima Virgen

Nuestra Señora de las Mercedes – “merced” es una gracia, un favor – es Nuestra Señora de los favores.

La Iglesia, por así decir, no tiene invocaciones suficientes para inculcarnos la idea de esa liberalidad de Nuestra Señora, dispuesta a todo momento a darnos gracias excelentes, y a convidarnos por ahí a pedirlas y a amarla  por ser tan buena.

Que esa invocación nos sirva para abrir el alma a ese tipo de relación muy filial y de mucha confianza  con Nuestra Señora, que esos guerreros juzgaron esencial tenerla.

A pesar de que la “herejía blanca” (nota: expresión utilizada por el conferencista para designar una actitud sentimental que se manifiesta sobre todo en cierto tipo de piedad endulzada y una posición doctrinaria relativista que procura justificarse con el pretexto de una pretendida “caridad” con el prójimo) tenga una porción de cosas risueñas y embobadas, de hecho no es ni un poco “herejía blanca” confiarse a la sonrisa de Nuestra Señora, y tener una confianza toda especial en Su misericordia complacida.

No eran “herejía blanca” ninguno de esos santos. Y, menos que los otros aún, sería difícil que lo fuera San Pedro Nolasco, guerrero que es enterrado con su coraza y su espada…

A D V E R T E N C I A

Este texto es transcripción de cinta grabada con la conferencia del profesor Plinio Corrêa de Oliveira dirigida a los socios y cooperadores de la TFP. Conserva, por tanto, el estilo coloquial y hablado, sin haber pasado por ninguna revisión del autor.

Si el profesor Corrêa de Oliveira estuviera entre nosotros sin duda pediría que fuera colocada una explícita mención a su filial disposición de rectificar cualquier eventual discrepancia en relación al Magisterio inmutable de la Iglesia. Es lo que hacemos constar, con sus propias palabras, como homenaje a tan escrupuloso estado de espíritu:

“Católico apostólico romano, el autor de este texto se somete con filial ardor a las enseñanzas tradicionales de la Santa Iglesia. No obstante, si por lapso, algo en él hubiera en desacuerdo con dichas enseñanzas, desde ya y categóricamente lo rechaza”.

Las palabras “Revolución” y “Contra-Revolución”, son aquí empleadas en el sentido que se les da en el libro “Revolución y Contra-Revolución”, cuya primera edición apareció publicada en el número 100 de la revista “Catolicismo”, en abril de 1959.

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