San Juan de Dios: en un semblante común, la mirada superior de un santo

 

Plinio Correa de Oliveira

San Juan de Dios:

en un semblante común,

la mirada superior de un santo

 

 

 

 

 

La fisonomía del cuadro presentado está toda marcada por la mirada.

Los trazos son ordinarios, regulares, no dicen nada especial.

Alguna barba, probablemente recortada, cubriendo parte del rostro. El bigote, muy fino, debió ser habitual en la época en que vivió.

Eyebox bien hecho, con cierta profundidad, nada extraordinario. Cejas comunes, frente, carne: semblante común.

Sin embargo, cuando uno observa la mirada, todo sale fuera de lo común. Todo trasciende lo ordinario por esos ojos. Oscuro, profundo, como si en parte pensara, en parte viera. Mirada mitad teológica y mitad mística. Pensar, pensar, pensar en algo muy elevado que absorbe por completo la inteligencia.

La fuerza de su alma es verdaderamente extraordinaria.

¿Quién era ella? San Juan de Dios (1495-1550, nacido en Montemor-o-Novo, Portugal; muerto en Granada, Esanha).

Vivió en el siglo XVI. Fundador de una famosa Orden Hospitalaria (los Hermanos Hospitalarios) y como tal uno de los hombres más conocidos de su tiempo.

* * *

¿Qué se supone que debes hacer cuando ves una cara así? Compáralo con las caras que ves en la calle todos los días. La apariencia común es el derecho de cada uno a tener. Nadie puede ser considerado incapaz por tener una apariencia ordinaria. ¡Cuántas caras ordinarias nos encontramos en la calle! No debemos despreciar a nadie por esto.

Pero caminando por la vía pública, ¿dónde vamos a encontrar a alguien con esos ojos?

Podemos ir a los templos del mundo capitalista moderno, que son los bancos. A los periódicos, a los aeropuertos. Donde queramos… ¿Es esto lo que nos encontramos?

Sin embargo, ¡qué seguridad no les daría a los pasajeros de un avión si encontraran a un piloto con un aspecto similar al de la imagen de arriba para comandar el vuelo!

Tal es la obra realizada por la gracia de Dios: elige a una persona ordinaria en el mundo, pero que, dotada de un alma grande, realiza una obra magnífica a través de él.

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