San Gregorio VII, el Papa que dio una lección al emperador
Canossa, 28 de enero de 1077. El clímax de la controversia de la investidura: el rey (más tarde emperador) Enrique IV se acerca al papa Gregorio VII con las patas caídas.
Con respecto a la fiesta del 25 de mayo de San Gregorio VII (c. 1015 – 1085), se le atribuye un documento que registra su pensamiento. Se titula Dictatus Papae, que significa ‘dictado por el Papa’.
resumen sublime
Este documento se encuentra en los Archivos Secretos del Vaticano. Fue publicado en Roma en 1075, y ha sido expuesto en la monumental exposición Lux in Arcana , celebrada en los Museos Capitolinos de Roma. Este es un documento que ataca a los teólogos progresistas. Es una enumeración verdaderamente sublime de las tesis que san Gregorio VII quiso defender.
Algunos de los temas del Dictatus Papae:
1 – La Iglesia Romana fue fundada solo por el Señor;
2 – Sólo el Papa romano puede ser llamado obispo de Roma de derecho;
3 – Sólo él puede remover o reemplazar obispos;
5 – El Papa puede deponer a los ausentes;
6 – No se debe vivir en la misma casa que una persona a la que ha excomulgado;
Sólo él puede promulgar nuevas leyes según las necesidades de los tiempos, formar nuevas comunidades religiosas, transformar un cabildo de canónigos en una abadía o viceversa, dividir una diócesis rica o unir diócesis pobres;
12.- Puede deponer al Emperador;
13. — Puede, si es necesario, trasladar un obispo de una sede a otra;
16 – Ningún sínodo puede ser llamado general sin el consentimiento del Papa;
17 – Ninguna regla o libro puede ser considerado canónico sin su aprobación;
20 – Nadie puede condenar a quien apela a la Santa Sede;
21 – Todo asunto importante de una Iglesia debe ser sometido a la Santa Sede;
24 – Después de su decisión y con su consentimiento, los nacionales pueden presentar una denuncia;
25 – Incluso sin la intervención de un sínodo, puede deponer a un obispo o readmitir en la Iglesia a los que han sido excomulgados;
27 – Puede liberar a los súbditos del juramento de fidelidad al monarca, en caso de injusticia;
Gregorius rompió las ‘garras’ del emperador
No olvidemos que el entonces emperador Enrique IV (1050-1106) se entrometía en los asuntos de la Iglesia y trataba de controlarla nombrando él mismo obispos. El Santo Padre se opuso a esta política, logró eliminar esta pretensión del gobierno imperial y le dio una lección al emperador. Luego se le presenta como un gran “rompedientes” del Sacro Imperio Romano Germánico. Esto es incorrecto. No era un “rompedientes” sino un “rompegarras”. Cuando el emperador intentó clavar sus garras en el poder eclesiástico, Gregorio las “rompió”.
Dos poderes independientes
El Dictatus Papae es la afirmación de la monarquía pontificia y universal en materia espiritual, de una suprema monarquía universal que se extendería sobre toda la cristiandad sin perjuicio de las monarquías subordinadas. El Papa no pretende gobernar el Imperio, pero reclama el derecho de ejercer una influencia decisiva. Este documento ve en el Sacro Imperio Romano Germánico la “espada” del Papa, lista para proteger a la Santa Iglesia Católica, defender la Fe y combatir a sus enemigos. Por un lado, el poder secular debe gobernar independientemente de acuerdo con la ley natural. Por otro lado, el papado debe asegurarse de que esto realmente suceda. En este sentido, los dos poderes son distintos e independientes.
El Papa como Príncipe Supremo
Pero el Dictatus Papae también afirma que si se nos preguntara cuál es el poder más alto y más eminente de la tierra, la respuesta es clara y correcta en el arte de la época: muy por encima del papa; a su derecha y en un plano debajo del emperador; bajo él todos los reyes y potentados de la tierra. Bajo el Papa, que indica el orden clerical, todo el clero católico. Y todo dependiente de un monarca supremo que era el Papa. Esta era la opinión de San Gregorio VII.
Reino de María
En el día de su fiesta, podemos pedirle que devuelva al mundo el conocimiento y el amor de la comprensión de la distinción (entre el poder espiritual y el temporal) y al mismo tiempo la unión del orden espiritual y temporal. El día en que esta concepción sea un lugar común será el alba del Reino de María. Pero a contrario sensu , al contrario, el día que amanezca la aurora del Reino de María, esta concepción resurgirá.
La separación de la Iglesia y el Estado es esencial
Pidámosle a San Gregorio VII que obtenga de Nuestra Señora, quien a su vez, para nosotros de Dios, este fervor de amor por esta sublime idea en cuanto a los poderes espirituales y temporales. Porque sin esta idea ningún concepto político, social o económico puede resolver nada, ningún concepto puede hacernos avanzar. Oremos por esta intención.
El texto está tomado de pliniocorreadeoliviera.info y está basado en una conferencia realizada por el Prof. Plinio el 25 de mayo de 1964.