La renuncia de San Francisco de Asís El procedimiento de impiedad ante de fidelidad

Plinio Correa de Oliveira

 

 

 

Catolicismo, N° 683 – Noviembre 2007 (*)

La renuncia de San Francisco de Asís
El procedimiento de impiedad ante

de fidelidad

 

 

 

 

 

 

 

Pintura realizada por Giotto di Bondone (1267 – 1337), que se encuentra en la Basílica de San Francisco, en la ciudad de Asís (Italia)

 

 

Arriba, un famoso fresco pintado por Giotto, que reproduce un famoso episodio de la vida de San Francisco de Asís. Él, en su juventud, era un hombre puro pero mundano. En cierto momento, decidió cambiar de vida y volverse exclusivamente a Nuestro Señor. Tocado por la gracia, comprendió que se le pedía practicar una pobreza mucho más radical que la que Dios había inspirado en otros santos.

Luego se separó de todas las posesiones que había recibido de su padre. Este último, indignado, lo llevó ante el obispo de Asís, protestando contra la vida que su hijo pretendía llevar. Luego declaró “que ya no lo recibiría como a un hijo si continuaba en esa forma de vida”. San Francisco, en protesta por el acto de tiranía de su padre, se quitó la ropa y dijo: “Ahora, más que nunca, puedo decir: ‘Padre mío, que estás en los cielos’, porque ya no soy hijo de Pedro Bernardone “. Luego le devolvió la ropa al padre.

 

* * *

En la escena de esta ruptura se puede ver a San Francisco de Asís vestido con una túnica sencilla; y —el colmo del realismo— el obispo sosteniendo la vestidura para que el santo no estuviera completamente desnudo; detrás del prelado se ven figuras del clero.

Del otro lado está Pedro Bernardone. Presenta la opulencia del atuendo y el estilo de un comerciante bien establecido. Está a la altura de la situación de los demás burgueses presentes en el cuadro: todos hombres muy bien vestidos, acostumbrados a la comodidad.

La pintura representa a los dos contendientes, dos partidos. Analicemos la reacción de cada uno de ellos.

La Iglesia – ¡tiempos felices! — se puso del lado de la virtud. El obispo es solidario con el santo, la actitud de los clérigos es retraída, compasiva, penetrante, de quienes oran y acompañan devotamente una acción noble y hermosa.

¿Y cuál es la posición del partido comercial de la ciudad de Asís? Es la actitud de los indiferentes. El personaje que sostiene a Pedro Bernardone se da cuenta de lo que sucede, pero no mueve los labios, no dice una palabra. No protestes ni aplaudas.

Mire a los más cercanos a Bernardone: uno, un poco horrorizado, hace un comentario; otro muestra notoria indiferencia. Con una mirada vacía, otro se niega a reconocer esta “abominación”.

La Orden Franciscana está a punto de ser fundada; y ya ha comenzado la campaña del silencio, ha comenzado el indiferentismo… Contra el silencio, el grito de San Francisco de Asís, mirando al Cielo, sin molestar a los hombres.

¡El fresco revela muy bien el procedimiento de la impiedad frente a la fidelidad!

(*) Extractos de la conferencia impartida por el Prof. Plinio. Sin reseña de autor.

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