El Cruzado del Siglo XX: Plinio Corrêa de Oliveira
“En los periodos de crisis y de confusión que con frecuencia se dan en la Historia, la biografía de los hombres representativos puede, a veces, indicar el mejor recto camino que abstractos volúmenes de moral o de filosofía.
“De hecho los principios son vividos concretamente y cuanto más la índole de los tiempos es hostil a la encarnación histórica de los valores tanto más se hace necesario conocer la vida de quien ha puesto en eso valores el centro de su propia existencia.
“Esto es lo que sucede en nuestro siglo con Plinio Corrêa de Oliveira, el gran pensador y hombre de acción brasileño.(…)
“Con la coherencia de su vida de auténtico católico, Plinio Corrêa de Oliveira nos ofrece una confirmación de la fecundidad de la Iglesia (…) él nos ofrece con su vida y con su obra un luminoso ejemplo”.
Cardenal Alfons María Stickler – Prefacio de “El Cruzado del Siglo XX”
“En el ocaso de las civilizaciones, la luz del sol proyecta a mucha distancia la figura de de todo aquello que permanece en pie”
Tal fue el sugestivo y poético comentario que encantó al Dr. Plinio Corrêa de Oliveira, y que me quedó grabado en la memoria a propósito de la fotografía de un beduino en el desierto, montado en un camello, en el ocaso de un día soleado más. Su silueta proyectada por la luz del poniente sobre las claras arenas de aquellas grandes y misteriosas extensiones, aumentaba innumerables veces de tamaño.
Alma profundamente admirativa, el Dr. Plinio difícilmente se daba cuenta de que en su admiración por aquel comentario, él se estaba auto-retratando.
Si, porque en el deterioro del proceso revolucionario, que desde hace cinco siglos viene destruyendo la Civilización Cristiana — el cual él no sólo denunció, sino que eficazmente combatió —, la figura de Plinio Corrêa de Oliveira se proyecta como la de un gigante que permaneció en pie, no en un desierto del Oriente. Sino contra los vientos y mareas de la tempestuosa Babilonia neo-pagana de nuestra época, haciendo jus al título de Cruzado del Siglo XX
En efecto, fiel a la tradición y a los principios perennes de la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana, supo él resistir a la tentación de la modernidad neo-pagana, delante de la cual tantos sucumbieran, lo que le permitió más tarde escribir:
“Cuando todavía era muy joven, consideré entusiasmado y lleno de veneración las ruinas de la Cristiandad, a ellas entregue mi corazón; di la espalda a mi futuro, e hice de aquel pasado cargado de bendiciones mi porvenir”.
“No pretendo ser apenas un defensor del pasado, sino un colaborador – con otras fuerzas vivas – para influir en el presente y preparar el futuro. Estoy seguro de que los principios a los cuales consagré mi vida son hoy más actuales que nunca y señalan el camino que le mundo seguirá en los próximos siglos. Los escépticos podrán sonreír. Pero la sonrisa de los escépticos jamás consiguió detener la marcha victoriosa de aquellos que tienen Fe”
No se trata apenas de bellas palabras, sino del testimonio fiel de toda una trayectoria de luchas en pro del ideal de restauración de la Cristiandad.
Siendo así, y mirando retrospectivamente los acontecimientos podemos exclamar: ¡Cuanta agua pasó por debajo del puente! En efecto, cuantas cosas que parecían sepultadas para siempre, hoy renacen, y cuantas esperanzas de un futuro católico, de una plena restauración de la Civilización Cristiana, renacen hoy en tantos corazones
Si eso es así, se lo debemos en gran medida a la fiel perseverancia y al incomparable ejemplo de ese infatigable batallador de la buena causa, que fue el Profesor Plinio Corrêa de Oliveira
“Vir Catholicus, totus Apostolicus et plenus Romanus” (Varón Católico, todo Apostólico y plenamente Romano) es el epitafio que hoy está inscrito en el lugar donde reposan sus restos mortales.
Fuente: Sanelias.org
