
La guerrilla. la Lúgubre Luz de un Crimen Inmenso
Muchas veces radicalizar es prevenir, es evitar desastres y derramamientos de sangre, es proteger los derechos, es defender el orden legal. Lo cual sobre todo es verdadero cuando se tiene a adversarios implacables, como son los guerrilleros colombianos, estimulados, amados y teledirigidos a partir de la Habana y de Moscú.
Es esta la lección que queda para nuestro pueblo del terrible bombardeo del Palacio de Justicia. No nos olvidemos que muchas veces la crueldad consiste en ser blando, y no en ser definido, regido y, en una palabra Hombre de principios.
Que Nuestra Señora de Chiquinquirá Reina y Patrona de Colombia, recompense a quienes perdieron la vida a manos de los enemigos de la cristiandad y fortaleza a los que se disponen a continuar en defensa permanente de la Nación.
SOCIEDAD COLOMBIANA DE DEFENSA DE LA TRADICIÓN Y FAMILIA Y PROPIEDAD (TFP).
Bogotá 9 de Noviembre de 1985