Apreciado lector, después de haber traducido esta pequeña gran obra de Plinio Correa de Oliveira, escrita con la simplicidad del Evangelio y la grandeza profética de las revelaciones de la Madre de Dios en Fátima, volvamos nuestros ojos para el panorama que delinea hoy este “Tribalismo Indígena, ideal comuno-misionero para el Brasil en el siglo XXI”, propuesto por los idealizadores del Sínodo Pan-Amazónico, y comparémoslo con el descrito por el autor en este libro ya desde 1977.
El próximo Sínodo del Amazonas convocado para Octubre de 2019, cuyas metas alarman con sobrada razón hoy a griegos y troyanos, pone en foco para asombro de muchos y en especial para quienes no lo conocen suficientemente, el discernimiento de PLINIO CORREA de OLIVEIRA.
En efecto, este Sínodo pretende, de acuerdo con lo que ya se conoce, ni más ni menos que realizar precisamente ese “ideal” comuno-misionero denunciado por él hace cerca de cincuenta años, en este libro que hoy publicamos en castellano. Se trata de un pseudo ideal que es contrario per diametrum del ideal católico misionero de la verdadera Iglesia de Cristo. Propone “la tribu como modelo del futuro, la cual – según estos neo misioneros de otros dioses, representa para el hombre un estilo de ser, pensar, querer y actuar, que debe modelar las sociedades delante del desmoronamiento del siglo XX”. “Lo cual ─ muestra nuestro autor ─ es un peligro real para los indios, pero menos para ellos que para los civilizados. Es, en último análisis, una embestida de eclesiásticos contra la Iglesia, y de civilizados contra la civilización”. “El indio, en suma, sería ─ para estos neo misioneros ─ mucho más un modelo para nosotros de lo que seríamos nosotros para él”.
Estos misioneros comuno- indigenistas, son “en cierto sentido comunistas, es claro, pero no paran ahí… van más allá”, tal como Mons. Pedro Casaldáliga, “un Obispo que se declara transcomunista” y es festejado y apoyado en las altas esferas del Episcopado brasileño.
De cierta forma nada hay de nuevo en la embestida actual, a no ser mayor visibilidad; se quitan hoy la máscara y confiesan sin tapujos un siniestro plan de autodemoler desde sus fundamentos la Iglesia Católica, la vida civilizada y la vida indígena, la propia noción de Dios y del hombre creado a Su imagen y semejanza.
No es necesario hoy hacer mucho esfuerzo para percibirlo. Mas aún,
PLINIO CORREA DE OLIVEIRA no solo vio con anticipación sino que, como ningún otro, llega al fondo de esta terrible amenaza y levanta la pregunta de las preguntas: ¿qué hay por detrás de estas monstruosidades que se pueden considerar apocalípticas? ¿Apenas el comuno-indigenismo del Sínodo?
“El mayor problema suscitado por esos delirios – escribe ─ no está en los misioneros ni en los indios, cabe repetirlo. Está en saber cómo, en la Santa Iglesia Católica, puede infiltrarse impunemente esa filosofía, intoxicando seminarios, deformando misioneros, desnaturalizando misiones. Y todo esto con tan fuerte apoyo eclesiástico de retaguardia. Al punto que la transferencia del Obispo que se declara “más allá del comunismo” – por más indispensable que sea ─ está siendo más difícil que el cerco de Troya. “Tocar en Mons. Pedro Casaldáliga, Obispo de San Félix, sería tocar en el propio Papa”, consta inclusive que afirmó Paulo VI al Cardenal Arns…
… ¿Cómo explicar la existencia y la influencias de esa infiltración en la Iglesia? Esa es una gran y difícil cuestión. En fin, no es sobre todo de los indios ni de los misioneros que se trata, es de la Iglesia y del Brasil – y por consiguiente del mundo.
Y la pregunta que se impone es hasta dónde Brasil y la Iglesia, podrán ser arrastrados si la infiltración comuno- estructuralista continúa sin freno y altamente prestigiada en los medios católicos.
Efectivamente, bastaría que tal cáncer se manifestase en el sector misionero de la iglesia para justificar o hasta imponer otra pregunta:
¿No será ese cancer una mera metástasis de otro tumor localizado en puntos más decisivos, dentro de los órganos no misioneros de la Santa Iglesia?“
Realmente esa es la gran y apocalíptica pregunta, pues cada día son más evidentes las metástasis que aparecen en el divino Cuerpo Místico de Nuestro Señor, al punto de parecer que ya no hay lugar para una más. La profecía de Fátima, preveían un tremendo castigo para el mundo si no se convertía, y si el Papa en unión con los Obispos no consagraba Rusia al Corazón Inmaculado de María. Difícil es imaginar mayor castigo que el que estamos viviendo.
Nuestra Señora en Fátima promete que: “Al final mi Inmaculado Corazón triunfará”. Al final, es decir después de grandes luchas, castigos, sufrimientos.
El extraordinario discernimiento profético mostrado en este libro por su autor, conduce casi inevitablemente al lector a indagar quién es este hombre que supo prever con tanta precisión los acontecimientos presentes y a preguntarse esperanzado si no tendrá otros discernimientos; si en él no encontraremos luz y guía para la tormentosa confusión contemporánea, que aqueja a la Santa Iglesia en particular y a los católicos en general.
Plinio Corrêa de Oliveira, un gran devoto de María Santísima fue suscitado por Ella en los primordios del Siglo XX para preparar los caminos de Su Reino y servir de luz y guía. Así lo proclama su vida, personalidad y obra, mostrando desde muy joven los caminos de Dios, previendo y señalando el remedio, combatiendo y preservando restos de la Civilización Cristiana que no es el momento de relatar aquí, limitándonos a recomendar encarecidamente entre otras, la lectura de obras fundamentales a respecto de su profetismo, unas de ellas editada por nuestra entidad.
°Plinio Corrêa de Oliveira denuncia en su naciente la revolución progresista en el libro En Defensa de la Acción Católica. Actualidad, eficacia e influencia en la Historia de la Iglesia” de J.Gonzalo Larrain C.
Profesias y Denuncias de Plinio Correa de Oliveira por el mismo autor Gonzalo Larrain
Teología de la Liberación Un salvavidas de plomo para los pobres Julio Loredo de Izcue
“Minha Vida Pública, Compilación de relatos autobiográficos de Plinio Corrêa de Oliveira”.
Por la Fundación Plinio Corrêa de Oliveira
Julio Enrique Hurtado Correa