….
Conservándose con dignidad y energía en su situación, las clases altas deben tener un trato directo y benévolo con las demás. La caridad y la justicia practicadas distantemente no bastan para establecer entre las clases relaciones de amor verdaderamente cristiano.
Sobre todo recuerden los propietarios que, si hay muchas personas dispuestas a defender la propiedad privada (concebida, claro está como un derecho individual con función también social) del comunismo es por el principio de que es deseada por Dios e intrínsecamente conforme a la Ley Natural.
Ahora bien, tal principio se refiere a la propiedad del patrón cuanto a la del obrero. En consecuencia, el mismo principio de la lucha contra el comunismo debe llevar al patrón a respetar el derecho del trabajador a un salario justo, adecuado a sus necesidades y a las de su familia.
Conviene recordarlo para acentuar que la Contra-Revolución no es solo la defensora de la propiedad patronal, sino de la de ambas clases. Ella no lucha por intereses de grupos o categorías sociales, sino por principios.
Página 140 Parte II La Contra-Revolución
Plinio Correa de OLiveira